Prótesis de Rodilla
ARTROSIS DE RODILLA
La artrosis de rodilla es una enfermedad degenerativa que afecta al cartílago articular de sus tres componentes: fémur, tibia y rótula.
El dolor se presenta tanto en la zona anterior como posterior de la rodilla, muchas veces se asocia a hinchazón y puede acompañarse de crujido al intentar moverla.
Las molestias son más frecuentes con los primeros pasos de la mañana, luego de estar sentado por un tiempo prolongado y dificulta el uso de escaleras.
Los casos de artrosis avanzada suelen acompañarse de rigidez, con limitación para flectar o extender completamente la rodilla e incluso con deformidad progresiva de la articulación y alteración del eje de la extremidad.
Si bien el cartílago no tiene capacidad de regeneración, existen diferentes tratamientos orientados en aliviar el dolor y retornar a las actividades habituales de cada persona.
Cada uno de estos tratamientos debe ajustarse según cada caso, basándose en el grado de dolor y limitación que presente el paciente.
Como primera línea se pueden indicar medicamentos analgésicos, seguidos de un tratamiento kinésico en caso que no exista una respuesta adecuada.
En casos muy seleccionados, como método complementario para el manejo del dolor, podría agregarse una infiltración.
Pero cuando ninguno de estos tratamientos ha logrado controlar el dolor y existe un deterioro de la calidad de vida del paciente, la resolución quirúrgica con una Prótesis Total de Rodilla será la mejor alternativa.
Qué es una Prótesis Total de Rodilla?
La cirugía de prótesis total de rodilla es un procedimiento en el que se reemplaza la rodilla dañada por una nueva articulación.
Su principal objetivo es restablecer la función de la rodilla original, permitiendo moverla sin dolor y reiniciando las actividades de la vida diaria, laborales y deportivas de cada paciente.
Las prótesis que actualmente se utilizan tienen diferentes piezas y tamaños, lo que permite ajustarlas perfectamente a la anatomía de cada rodilla. Tienen una duración aproximada de 20 años y pueden cambiarse en forma parcial según la pieza que eventualmente se gaste o se afloje.
La cirugía tiene una duración aproximada de 60 a 90 minutos y se realiza de preferencia con anestesia raquídea, la cual es menos invasiva que la anestesia general y permite anestesiar selectivamente la rodilla que será intervenida.
Luego de la operación, el paciente es monitorizado en una unidad de recuperación y posteriormente es trasladado a su habitación en nuestro Servicio de Traumatología, el que cuenta con enfermeras y kinesiólogos especialistas en rehabilitación motora.
La hospitalización se extiende entre 2 y 3 días según la evolución de cada paciente y su objetivo principal es lograr caminar al día siguiente de la cirugía, aprender ejercicios de fortalecimiento y manejar diferentes técnicas que permiten realizar en forma segura las actividades cotidianas.
El período de rehabilitación tiene una duración de 3 a 6 meses, luego del cual los pacientes pueden retornar a su vida normal, incluso reiniciando actividades deportivas en forma progresiva.